miércoles, 13 de abril de 2011

Utilices o no una base de maquillaje, debes ponerte polvos. Bien aplicados, dan un acabado mate, fijan la base y completan tu look.

Cualquiera que pase mucho tiempo delante de una cámara sabe lo importante que son los polvos faciales. Los polvos en sí mismo no tienen que verse, pero constituyen una de las bases más importantes para mantener un cutis impecable durante todo el día. Los polvos idóneos, aplicados siguiendo una técnica correcta, pueden fijar de manera invisible la base de maquillaje y evitar que el corrector se corra, aportar un acabado mate, eliminar los brillos, uniformizar el tono de piel, homogeneizar la extensión de la sombra de ojos y del colorete y suavizar una aplicación demasiado pesada de base de maquillaje.

Elige el color más adecuado para ti

- Aplícate siempre los polvos de maquillaje sobre la piel limpia e hidratada. Espera a que la crema hidratante haya penetrado bien antes de empolvarte, y escoge el color de polvos lo más parecido a tu tono de piel.

- Los polvos translúcidos dan muy buenos resultados aplicados sobre fondo de maquillaje y corrector, porque fijan la base sin alterar el color.

- Asegúrate de que los polvos sean realmente translúcidos observándolos a la luz del día. No elijas polvos muy claros, porque te darían un aspecto enfermizo.

- Utiliza una sombra ligeramente más clara alrededor de los ojos para darles brillo. Aplica sólo una pequeña cantidad  y con un toque ligero, pues de lo contrario puedes resecar la delicada piel de esta área del rostro o acentuar las arrugas.

- Evita los polvos más oscuros que el tono de tu piel, pues pueden acentuar una piel poco uniforme y hacer que tu rostro adquiera un tono sucio y manchado.

Aplicar los polvos paso a paso

Escoge el utensilio y el método de aplicación más adecuados para el acabado que deseas obtener. La brocha aporta una capa de polvos ligera pero eficaz, mientras que la borla proporciona un efecto mate y aterciopelado, ideal para pieles grasas. Sigue los pasos que te indicamos para conseguir un bonito acabado.

1. Sacude el exceso de polvos de la brocha y extiéndelos suavemente sobre la zona "T", el área donde suelen aparecer más brillos. Pasa ligeramente la brocha por la frente, baja por la nariz y termina en la barbilla.

2. Sin añadir más polvos a la brocha, sitúala en el centro de la cara y pásala sobre las mejillas, sin llegar a la línea del pelo. Aplica varias capas sobre esta área, hasta obtener un acabado uniforme.

3. Si es preciso, extiende los polvos con una brocha pequeña sobre las áreas grasas, como los laterales de la nariz, la barbilla o el entrecejo, y también sobre las imperfecciones o las manchas.

- Consejo: si no tienes brillos en la piel, no apliques polvos en las mejillas y conseguirás un acabado más luminoso.

Sí y No

SI Aplicar los polvos sobre la sombra de ojos - para que dure más

NO Volver a añadir polvos hasta haber secado el exceso de grasa

SI Utilizar una borla si tu piel es grasa - los polvos durarán más

NO Aplicar grandes cantidades en las áreas de arrugas, como bajo los ojos

SI Suavizar el tono de unos polvos pesados rociando un poco de agua

NO Usar la brocha sobre granos con corrector - da unos toques ligeros


Fuente: La guía esencial de belleza de RBA

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